Creando una canción

Lo que queremos demostrar en este ejercicio es que el lenguaje musical es algo cercano y que no es algo ajeno y erudito, sino que cualquiera de nosotros podemos tocar unas notas que nos suenen conocidas y disfrutar con ello.
creando una canción

Hay que tener a mano instrumento con las diferentes notas un lápiz y papel y colores si no sabemos aún leer, para adjudicarle a cada nota un color y en vez de leer la nota leerán el color correspondiente. Lógicamente en el instrumento también debemos marcar la nota correspondiente en el mismo color.

creando una canción

El juego es el siguiente: explicamos las notas musicales, redondas, blancas, corcheas y si queremos, semicorcheas. Luego explicamos los tiempos con sus respectivos silencios (si no conocemos como funcionan podemos valernos de un vídeo de YouTube). Después dibujamos un pentagrama sus rayas horizontales lo suficientemente distantes como para que quepan 4 o 5 dedos de niños. Luego, con tinta o pintura, van dejando sus huellas a lo largo del pentagrama.

Les recordamos los tiempos correspondientes a cada nota. Por lo que si estamos en un compás de 4/4 tendremos que poner 4 negras, 2 blancas o una redonda en cada espacio. Se llama espacio, pero yo también he tenido que consultarlo en internet.

primera canción

Una vez están las notas impregnadas las he tuneado un poco para que coincidan justo en la línea o entremedio de estas para que sean notas reales y les he puesto sus nombres y colores correspondientes. Una vez bien perfilada, procedemos a tocarla con algún instrumento.

La canción que queda no es una obra magistral, como no lo son nuestros primeros dibujos, pero si será nuestra primera canción, y eso es algo precioso de guardar para siempre o regalar a quien quieres.

La idea que quiero trasmitir con este ejercicio es que podemos acercarnos a los sonidos, crearlos, seguirlos sin necesidad de haber estudiado solfeo, esta es una idea que muchos de los adultos que nos hemos etiquetados como negados para la música podemos ir introduciendo. Sentirnos capaces no nos va convertir en músicos profesionales, pero si nos va a permitir disfrutar de una mayor variedad de aspectos de la vida.