Esta una actividad especialmente interesante para los niños que se estén iniciando en la lectura, un recurso divertido, dinámico, que también nos aporta destreza musical, expresividad y autoestima.
La música, además de ser una herramienta más para profundizar en el conocimiento y para trabajar la inteligencia emocional, es en sí mismo otro lenguaje que activa el sentido del oído y relaciona lo sensorial con el movimiento físico y el ritmo.
Saberse canciones y cantarlas por una misma es algo placentero y “empoderador”, más aún si tenemos un micrófono de por medio.
El micrófono es algo que eleva nuestra voz, nos acostumbra a escucharnos, nos hace probar a ser centro de mira, trabajando así futuras exposiciones ante el público. ¿A cuantos de nosotros no nos da vergüenza hablar delante de una multitud en un micrófono? Se trata de ensayar, de adquirir seguridad con algo que en principio controlamos, como nuestra canción preferida.
Seguramente, al principio vuestros hijos solo ensayen su voz emitiendo los distintos sonidos. Si prefieren hacer eso, no desesperemos, es un primer paso y, como pasa con todo lo demás, si el niño/a lo está eligiendo es por algo.
Para los que leen se les puede poner algún tema que no se sepan del todo, pero para los que no leen aún es conveniente que pongamos canciones que se sepan y puedan cantar aunque vayan siguiendo las letras «por encima».