El ejercicio comienza colocando todos los elementos en una bandeja, yo tengo un cubo o cubeta, una esponja suave que no ralle, un poco de jabón en pastilla o con dispensador, un secador de mango, un trapo para secar y un tapete impermeable para el suelo porque suele mojarse.
Si no tenéis el típico secador de cristales y queréis utilizar un dispensario de agua con spray también podéis hacerlo, pero comprobar primero si el niño/a puede presionarlo por si mismo sin ayuda, en caso contrario es mejor la esponja.
La presentación debe hacerse lenta y muy precisa con especial énfasis en escurrir la esponja.
Colocados a su izquierda sacamos las cosas de la bandeja, llenamos de agua el valde, mojamos la esponja, la escurrimos y comenzamos a frotar el cristal con movimientos circulares de izquierda a derecha y de arriba abajo, podemos repetirlo con jabón si queremos, luego aclaramos y secamos con el secador de cristales de su tamaño. Por último pasamos un paño de secar cristales (sin pelusas) y recogemos.
En caso de trabajar con niño de 0 a 3 años podemos trabajar con menos objetos, puede ser solo un cubo, una esponjita y una bayeta para secar.
Como todos los ejercicios de vida práctica nos traen concentración, reparación, autonomía, relajación, satisfacción y autoestima. Así que aunque parezca algo simple tiene mucho jugo. Animaos!!