Esta actividad, como todas las que se trabajan con luz, es una oportunidad para relajarnos, observar, centrarnos y crear libremente.
En esta ocasión, además de jugar con los palos de luz en una habitación con poca iluminación, les he mostrado por encima cómo funciona una cámara fotográfica: al tomar una foto decidimos velocidad de obturación y el tiempo que el objetivo va a estar abierto. Si le ponemos el tiempo de exposición en 1 minuto o más, podemos hacer verdaderos dibujos porque la cámara capta todos los movimientos de la luz y los une.
Desde 3 años ya pueden entender que los movimientos que ellos realizan con los palos de luz son los que quedan capotados por la cámara. Si no tenéis palos de luz lo podéis hacer con linternas, o con fuego: cerillas, mecheros, velas…
Es una experiencia muy bonita para hacer desde la calma, sin pretender y sin dar lecciones. Otro de los beneficios que veo en este y otros ejercicios que se realizan con luz/oscuridad, es que les hace a los niños amistarse y divertirse con la oscuridad, disminuyendo el miedo que algunos puedan tener.