A los dos hermanos les ha servido para tener un momento conjunto de cohesión y motivación.
Desde luego ellos se han encontrado más en el efecto resbaladizo y novedoso que en la pintura o la obra. De hecho, la que se ha empeñado en utilizarla para pintar he sido yo, ellos han disfrutado sobretodo con el sentido del tacto.
Comenzaron por crear los colores removiendo la espuma con colorante, luego utilizaron algunas herramientas y al final terminaron casi por bañarse en espuma.
Como todo ejercicio sensorial hay que tenerlo bien enmarcado, esto es, dejar definido el lugar donde se va a realizar y las reglas de no sacarlo del mismo, sino queremos tener luego mucho que limpiar o tener un accidente. La espuma en el suelo es muy deslizante y hay que tener cuidado de no pisarla. Igualmente tenemos que estar atentos/as de que no haya ingestión, pues es un producto no alimenticio.
Se pueden utilizar espátulas y lienzos grandes para pintar, o jugar a las cocinitas, esconder objetos en ella, combinar con otros ingredientes, etc.
Espero que os guste la experiencia.