Uno de los ejercicios que más utilizamos en casa es el de soplar la arena rosa y ver como los granitos reaccionan diferente según el tipo de expiración. Tratamos de hacerla constante y mantenida para ir trabajando el control sobre la propia respiración. Al soplar la arena vemos como nuestra respiración hace el efecto de retirar la arena del lugar.
Este ejercicio también se puede hacer soplando dentro de un globo, pero mejor a partir de los 5 años para evitar frustración y siempre con un adulto cerca porque los globos en la boca necesitan supervisión.
A continuación, os voy a enumerar varios ejercicios y en internet podéis encontrar algunos más.
Ejercicios:
1. Sentir la respiración. Colocarnos boca arriba con el niño o bebe sobre nuestro torso y que sienta la respiración.
2. Que el niño/a ponga una mano sobre su pecho y otra sobre su barriga observando como se mueven.
3. Hacerles una corta meditación guiada que consiste en pasar de estar congelado a estar derritiéndose con el calor y sentir que su cuerpo se va relajando. Otra puede ser imaginarnos que somos una tortuga o un camaleón e ir siguiendo sus movimientos.
4. Pasarles una pluma o seda por manos, pies y cara mientras están tendidos escuchando una canción relajante.
5. Hacer coreografías tranquilas de yoga para niños, podemos encontrar videos en youtube.
6. Avisar o darse cuenta de cuando dejan de oír el sonido de un gong. Esto nos hace estar atentos y trabajar la escucha y la concentración.
7. La rueda de la calma. Este es un trabajo precioso que me mostró una madre del cole, consiste en elegir varias fotografías de cosas que nos gustan hacer para calmarnos. Aquí dejo algunas ideas: pompas, correr, leer, colorear, dibujar, respirar, abrazo, gritar, golpear un cojín… y colocar las que nos sirvan en una ruleta. De este modo cuando nos sintamos agobiados, podemos recurrir a esta ruleta y elegir la actividad que más nos reparara en ese momento.
8. Percibir el sabor de un chocolate sin morderlo, esperar a que se derrita sin masticarlo.
9. Agua con hielo. Metemos la punta de los dedos y poco a poco vamos metiendo la mano entera, sintiendo como nos rodea el agua. Al sacarla, observamos la temperatura que nos ha dejado en la mano.
Para hacer estos ejercicios nosotros debemos estar también relajados previamente, en edades tempranas con 4 minutos es bastante, intentemos no forzar y que se le vaya cogiendo el gusto, recordar que esto es progresivo y depende cada quién.